Cándido vienes vestido con fútil abrigo
Mendigo del tiempo, amigo del vacío
Lánguido destino, maldigo tu castigo
Abdico de la inopia que traes contigo
Esquivo tu rigor, desabrido camino
Ingrávido vagabundo de piel esclarecido
Distingo el indigno llanto que has producido
Cavilo aun, discurro y recurro a los papiros
Pensamientos traslucidos en pergaminos
Entrometido has barrido el minuto elegido
Sujeto al retiro del que te has nutrido
Sumido a la intemperie sin contenido
Sumiso al hueco, te llevas mis sustantivos
Recuerdos errantes en la memoria perdidos
Deteriorándome hasta que sea un espejismo
Espectro frío como el eterno sueño has venido
A despojarme de mi cálido suspiro
Inclemente me robas lo que no he escrito
Y me asaltas invasivo, impío y destructivo
Aquí mismo a ti me enfrento sin beneficio
Fatídico eres pero no hay temor en mi nido
Me alojo sosegada en la aceptación de tus hilos
Porque hoy encontré mi corazón en otros latidos…
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