Lastimando a los becerros, los errores se disuelven en melancolía de barro, las sobras se baten para la cena y se escupen los arreglos florales para la intención de las damas... Deseos calculados en masa y perpetrados en la oscuridad del vacío, que se escapan para gobernar la soledad reclamada, que asustan a los cabales que todo lo saben y fecundan en aquellos menos ignorantes. Deseos que apuñalan mis pies en cada tramo y que ahuyentan la tranquilidad, que electrifican mis pensares y duermen en mi pulso.
Sangro cada noche tus besos por los poros de mi piel, así expulso tu licuado cariño de mi torpeza de niña perdida. Pero nunca te marchas del todo, nunca finiquitas esta reja y me dejas aquí por si te golpeas y descubres que soy un ser vivo.
Ya no sé si me flagelo yo o eres tú quien sostiene el látigo, me das y me quitas el poder de mis manos...
Ya no sé si temerte u odiarte para no perderte el respeto y no fundirte en mi pecho con mi corazón...
Mi aliento empaña ya mis mejillas así que, ¡suéltame que me vaya!
Seguiré dando este paseo dentro para no molestar a tu fría verdad....

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